martes, octubre 03, 2006

ARENGAS INFANTILES

¿Qué pasaría si fuera un niño toda mi vida? ¿Necesitaría constantemente de una madre? Dicen que los egocéntricos son niños que nunca maduraron. ¿Mi niño interior es mi ego? ¿No dijo Cristo que el que fuera como un niño entraría en el reino de los cielos? Y si niño es egocéntrico y pendejo también es niño...¿quién entra al fin en el reino de los cielos?
¿Qué pasaría si a la edad de 8 ó 10 años hubiese sido papá? Ser papá es clonarte, repetirte, que alguien te recuerde todos los días que fuiste joven; ser papá es eternizar el recuerdo de quién eras y cómo eras en el momento de concebir a tu hijo.
¿Qué pasaría si al verme en un espejo, en vez de verme más viejo y más parecido a mi padre –al que maté al crecer-, cada día me encontrara más infante en vez de más infame?

¿Un niño eterno soñará con rasurarse y ser mayor?

Dice una leyenda india, que si sumamos los momentos felices de nuestras vidas segundo a segundo, minuto a minuto, no sobrepasarán todos juntos más de 4 ó 5 años. Por tanto, todos somos niños. Todos.
¿Es cierto que la felicidad te conforma como niño? ¿Es cierto que un niño feliz será una mejor persona? O el niño, al asemejarse al loco y al beodo en que como ellos, siempre dice la verdad ¿se convierte en un elemento ácido, peligroso y subversivo por ello?
Cuando yo era pequeño, lo admito, era más feliz. ¿Cuándo se me empezó a ir la niñez? Alrededor de los 8 ó 9 años, justo cuando empezaba a tener conciencia directa del mundo que me rodeaba. Ahí fue cuando empecé a compararme o a querer y a odiar a la vez a mis hermanos mayores. Por eso tengo una relación más pura con mis hermanos pequeños: siempre pensé que ellos no se comparaban conmigo.
Veo terrible el dejar de ser niño para ser mayor, si al menos fuera para no parecerme mi padre -dirá al envejecer Mafalda, la niña mitológica.
Un niño tiene la hermosura de un brote que germina, un niño eterno tiene el aspecto de esqueje barnizado en plástico.
Esta sociedad es de plástico. Esta sociedad está aniñada. Esta sociedad da niños viejos, de plástico.
Los sabios dicen, si me considero niño lo seré. Los consumistas dicen, si lo soy me lo consideraré.
Si fuera niño toda mi vida, jamás probaría el sabor de mi carne al pudrirse. Quiero probarme pronto, porque sé, que incluso con malvas y a tres metros bajo tierra, me gustaré.

Ser un niño eterno pero con corazón de viejo a cambio de ser feliz. Es un precio muy caro, pero lo pagamos muchos.

LEÓN HURTADO